Pistolero a Sueldo.

Poema Titulado: Pistolero a Sueldo.
Empecemos Maestro
y demuestra lo que puedes
pues la fuerza no me acompaña
aunque si el otro dia
la vi en la ventana
hay estaba con su cara
de abeja camuflada
que pestañas
y todo le acompaña
mi libro sin palabras
ocultas por tu mirada
esa que me acompaña
sin ningún compromiso
no tengo coche
pero si un triciclo
yo pedaleo cariño mio
y te llevo al Infinito
aunque no sepa el camino
tu me haces ser aventurero
por conquistar tu cariño
tu bebe o tu niño
para poder acostarse contigo
entre cobijas y almohadas
tus ojos, por mi cara
¡ ilusión ! belleza en el corazón
bailamos tu y yo
Poeta por vocación
donde el Infierno no espera
eso dijo mi abuela
anda por el buen camino
las Armas las invento el Hombre
para matarse el mismo.
La Bomba Atómica
a quien le toque, Explota
aquí no hay que correr
y jugar a la pelota
¡ Que tiro y tiro !
porque me toca.
Aquí hay que jugar
a las adivinanzas
escóndete por la balas
soy pistolero
el mas rápido de la Comarca
a todos los Sheriff me los cepillo
como echarme un vaso de agua
mis pistolas siempre me esperan
estando bien cargadas.
Se que soy malo
pero así nací
si no eres rápido
te puedes morir.
Espero llegar a viejo
aunque lo dudo mucho
muchos me retan a muerte
y les doy en el culo.
No se el porque soy tan rápido
sera por mis nervios
si no tengo una pistola
no estoy contento.
Sus voy a contar una Historia
y no es nada de larga
si me caso algún dia
que sea con tu hermana.
He sobrevivo a muchos tiroteos
ahora vivo escondido
por cuatro pistoleros
que me quieren encontrar
vivo o muerto
si fuera un animal
un Camello en el Desierto.
Ayer tuve un Duelo
y casi me muero
me volaron mi sombrero
y le hicieron un agujero.
El Oeste no es para Niños
y menos aun llegas a Viejo
ojala cambie de vida
en algún momento.
Si mis palabras se olvidan
tambien estaría muerto
al volar mi pensamiento
escondido entre el viento
que solo tengo un triciclo
pero cuanto te quiero
ayer me caí
porque estaba lloviendo
me di en la madre
pegando en el suelo
lo que nunca me hizo
ningún pistolero.
Autor: Joaquin Pino Montoro.