Al viento ¡Tesoro mío!,
he gritado tu nombre y en la arena he escrito un ¡ Te quiero!,
con fervor sincero, con este amor tan hondo y tan austero, del que nada espero y solo la quietud de la noche las estrellas, la luna plateada y una flor desvelada, sabe que tengo una cita de amor con un lucero.
Porque en vano, he procurado callar la voz que en mi interior resuena, es que las horas del silencio son tan largas, que mi angustia gime, la verdades del alma son tan amargas, que solo pensar en ti, es sentir el amor tan sublime.
Y a pesar que te fuiste, tras la luna de la ausencia, la luz de tu mirada, sigue mis pasos de cerca y mi corazón aún goza de tu dulce presencia.