Un día descubrí que la poesía vivía en mi corazón,
y abrí mi corazón;
un día descubrí que el amor estaba ante mis ojos,
y mis ojos abrí;
un día descubrí que el canto de los ángeles habitaba en mi voz,
y liberé mi voz;
un día descubrí que mis manos unidas a un pincel dibujaban la vida,
y las dejé fluir;
pero también un día descubrí que ya no me amabas,
que no necesitabas nada más de mí;
y en ese mismo instante
cerré mi corazón,
cerré mis ojos,
encadené mi voz
y amarré bien mis manos
silenciando mis sueños para siempre;
y con ese silencio,vestida de recuerdos,me esfuerzo por vivir. MARGA M.R. (mar 68)
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!