Amanecer, depués de un eterno anochecer.
Sobre mi escalera de colores,
las flores inundan el dulzor,
eclipsadas por tu pequeño calor,
escondidas entre miles de olores.
Reconozco todos tus valores,
que acunan en mis días el dolor,
de olvidarme tristemente sin temor,
pensando que me amabas entre vastidores.
Creo en la luna, temblando en sudores,
gritando a cada estrella con clamor,
creyendo que al otro lado estás, mi amor,
sabiendo que no fuí, vida de tus sentires.
Sin fuerzas, para encontrarte entre lugares,
ahullento mis ganas de abrazarte, sin valor,
beso al aire que respiras, acariciando tu sabor,
aún sabiendas que ya no existo en tus pesares.
Amiga Poetisa: Tu poesía rinde homenaje al amor incondicional, ese que se siente aunque nos regalen olvidos, el que se entrega sin recordar que en realidad no nos han sabido amar. Tu primer diez siempre, mi lectura y admiración por la maravillosa pluma que guía tu musa. Un abrazo, Ivette Rosario.