Si crees que de las mujeres viviendo tienes el libro

Déjame entender la ironía
de que me lleves hasta el cielo
y ahora ni siquiera un destello.
¡No soy mujer de fantasías!
¡No me trates como niña!
Pretendiendo conocerme asumes
que soy de cierta manera.
Por cierto, no lo dudes
no tengo culpa de tus penas
ni de tus soledades enteras.
Soy quien te dio aquel abrazo
cuando llegaste a mi espacio.
Anhelaste la cercanía
y viste que no soy como todas.
No confundas las intenciones
de esta mujer que es alma sola.
Si crees que de las mujeres
viviendo tienes el libro,
déjame recordarte que existo
sin querer imitar a nadie.
Si decepciones has tenido antes
no quieras asumir en detalles
que soy lo que has visto en la calle
malentendiendo mis actitudes
cuando en mi espacio tú acudes.
Yo te lo dije bien claro
que no soy cualquier mujer
olvídate ya del ayer;
trata de vivir el presente.
No me juzgues evidente.
Ahora por eso prefiero
de tu vida hacerme ausente
que sientas lo que es extrañarme
que sientas qué se siente añorarme.
Yo soy bien inteligente me doy cuenta de las cosas.
No pienses que mariposas
viven rondando mi mente.
No quise quitarte tiempo,
tampoco invadir tus espacios.
Te advertí fueras despacio,
que era mejor llevar esto lento.
Y cuando esta mujer solo quizo
contigo caminar los pasos
solo siente tu rechazo
como bola de papel que se usa y se echa a un lado.
Prefiero quedarme tranquila
y que medites bien tu vida.
Solo he querido darte alegrías, tú me tiras un balde de agua fría.
Me creiste predecible;
de tí me haré la invisible.
El tiempo te hará analizar
que la mujer que anhelas sí existe;
que la vida te la puso de frente
y solo quisiste hacerte el fuerte.
Me alejo para que el tiempo
se encargue de que me extrañes
y que pienses que a mano llenas
tengo mucho para darte.
No pienses que solo es un cuerpo
lo que se pintara en ese lienzo;
se que me extrañarás a mí
por eso notarás mi silencio.
No soy mujer de corajes
ni de archivar las heridas.
Con el tiempo te darás cuenta
que de tí no solo anhelo caricias.
Eleva tu pensamiento.
Piensa más en la mujer
a quien viste por primera vez
luego de anhelarlo tanto
casi por cuatro años.
Creo que ya he hablado tanto
ya yo he dicho demasiado
y para no hacer mis versos más largos
me vuelvo ausente, me largo.
Si me extrañas, me tienes presa.
Que tus labios me nombren?
Será el hombre.
Cuando sientas frío
será mi abrazo.
Por eso me pierdo
porque confío
que de esa manera será distinto.
6 agosto 2006. 7:30am
© Derechos Reservados.
LRC060806