Deseadas y dichosas palabras

Cada noche contigo soñaba
que me decías esas palabras.
Deseadas palabras que quería oír
llegó el día, pero no me las creí.
Ahora solo con pensarlo
las húmedas e interminables
làgrimas se apoderan
todas las noches, de mis ojos.
Maldito día me las dijiste
y que peculiar forma de demostrarlo,
que hace que mi enamorado corazón
lloré por ti sin excepción.
Deseo que mi razón se equivoque
porque sino que ilusa e inocente fui,
al creer que querías estar conmigo
tal como dijiste, pero no demostraste.
Me dijiste: mi niña, mi amor!
y como una estúpida recaí.
No me arrepiento de lo sucedido
sino de quererte sin correspondencia alguna.
Que triste es el inmenso amor hacia ti
por creer que algún día estaré contigo
y pensar que no jugaras conmigo
como creo que ahora estás haciendo.
De mi sufrimiento y de las mentiras ajenas
se aprenden dolorosas y sabias lecciones
solo decir que te seguiré amando
pero conmigo ya no estarás jugando.