Telayas

“No hay mirada más hermosa”
No hay mirada más hermosa
ni colores más brillantes
que los ojos de Lucinda,
cuando va del puerto al parque.
En la villa la conocen
por sus ojos celestiales,
por la luz que a sus pinceles
le da el verde de los mares,
que, en el mar de Luarca
y Puerto Vega
llega, a la mañana
la brisa fresca.
Y, cuando pasa, la miran
los más apuestos zagales,
si luego la senda sigue
que llega al viejo Baluarte.
Su padre, de Ribadeo;
buena naviega, la madre;
la abuela de Villapedre,
que ya quiere que se case,
que, en el mar de Tapia
de Casariego.
luce la alborada,
llenando el cielo.
Pero ella, que es bien prudente,
no quiere sus mocedades
perder, tomando marido,
que tiempo habrá de casarse.
Y los que la ven suspiran
cuando en la atalaya esparce
su rubia melena el viento,
si el pelo quiere tocarle,
que, en el mar de Luarca
y Puerto Vega
llega, a la mañana,
la brisa fresca.
Y a ella, que no le disgusta,
bien se deja, porque sabe
que, mano invisible, el viento
siempre es con ella amigable.
Y, de la que aprieta el paso,
canta preciosos cantares
salpimentados con gracia,
si no son bellos romances,
que, en el mar de Tapia
de Casariego
luce la alborada,
llenando el cielo.
Todos los marineros de Puerto de Vega y Luarca.
2009 © José Ramón Muñiz Álvarez
Todos los derechos reservados por el autor.
Para los curiosos:
José Ramón Muñiz Álvarez nació en la villa de Gijón y sigue residiendo en Candás (concejo de Carreño). Su infancia transcurre de manera idílica en dicho puerto, donde pasa su juventud hasta el término de sus estudios. Licenciado en Filología Hispanica y especialista en asturiano, vive a caballo entre Asturias y Castilla León, comunidad en la que es profesor de Lengua Castellana y Literatura. Su afán por las letras y las artes lo ha llevado al cultivo de la poesía. Es autor de varios libros, de los cuales ya ha dado a conocer "Las campanas de la muerte", aunque en una tirada modesta.
"Las campanas de la muerte" es una obra que consta de tres poemarios:
1-. "Arqueros del alba", dedicado a su abuela materna, Dolores Menéndez López.
2-. "Ballesteros de la tarde", dedicado a la abuela paterna, Pilar Muñiz Muñiz.
3-. "Lanceros del ocaso", dedicado a uno de sus tíos: Gervasio.
El poemario demuestra el extraordinario vínculo del poeta con sus abuelas, en un momento delicado: el del fallecimiento de las mismas. Es indicativo que el libro se escribiese en tres tandas, las dos últimas muy seguidas. Las partes del libro datan de diciembre de 2005 a enero de 2006, primavera verano de 2007 y enero de 2008.
En este tipo de poesía se recurre a las estrofas más tradicionales, con dos únicas excepciones de verso libre. Además de un romance, las demás estrofas son silvas blancas, espinelas y, sobre todo, sonetos.