Cincel, hazme su boca...

Contundente y fiero, macizo y rutilante
vas buscando las formas de su excelsa hermosura:
denodada paciencia, caprichosa y oscura
que construye un ensueño extasiado y amante.
Se desprenden de ti mil estrellas brillantes
al compás de un deseo que me inspira y apura:
¡ya quisiera besarla, oh cincel, con locura,
con exhausto cariño de mi noche anhelante…!
Cincel, hazme su boca cantarina y galante
con la magna cascada de su blanca dulzura…
¡Dibuja con tu acero el sitial de su albura
en mi blanda comarca con destello vibrante…!
Cincel, rompe mi noche con el mágico instante
de un romántico beso de embriagante ternura
y en esta calma inquieta de expectante premura
¡Dibújale en su boca mi beso titilante…!