SOL PONIENTE
Tierno árbol de verde esmeralda
sus brazos tendía al llegar el ocaso,
tu esbelto cuerpo le daba la espalda,
esperando al hombre de su firme paso.
Al estar él ausente, brillaron tus ojos,
se abrieron los labios para hondo suspiro,
se estaba acercando, venia a lo lejos;
juntaron sus cuerpos y dieron un giro.
Las sombras caían sobre la avenida,
unieron sus manos y un estrecho abrazo,
sus ojos miraron al emprender la partida;
Caminaron juntos por la circunvalar…
en una noche clara llegó a su regazo
con el corazón abierto para poderla amar.