29 de marzo de 2006

Hay tantas cosas que quiero decirte en esta oscura noche que no sabría bien por donde empezar... comenzaré diciendo que llegó a mi vida como un huracán, arrasando todo cuanto se interponía a su paso. Hacía notar su presencia, quería que supiera de su existencia... y vaya si lo supe.
Despues, como dice el dicho, tras la tormenta, llegó la calma, y siguió su camino dejando tras de sí su huella, su rastro para quien quisiera, pudiera seguirlo. Pero su ritmo no era el mio, unas veces frenético, otras veces pausado, trataba de seguirle el juego, pero todo juego tiene un fin.
No sé decirte cómo pasó, ni cómo comenzó todo, solo puedo decirte que lo que surgió no estuvo bien, desde aquella noche no dejo de pensarlo, de amarlo, de querer estar a su lado, desear que vuelva a pasar lo que pasó.
Nuestros cuerpos buscaban una caricia, mis manos buscaban las suyas, quería hacerle complice de mi deseo... no sé en qué momento el juego se escapó de las manos. Me arrepiento... nada volverá a ser como antes.
Lo busco en la soledad de mi habitación, lo busco en el mar que nos rodea, lo busco incesante, mientras él duerme apacible, cada cual en su trocito de isla.
No sé como pasó, realmente no lo sé, pero siento que... siento que pasara lo que nunca debió pasar, por que desde aquella noche, no dejo de pensar en el momento de volverlo a ver.
Me estoy enamorando de alguien que no existe en mi mundo y no sé si realmente llegará a existir algún día...
E. M. C.
miércoles, 29 de marzo de 2006
23:02:01