En el silencio de la noche te oí llorar.
Un criminal sin corazón
te acababa de robar.
No le robó el bolso,
fue algo mucho más escandaloso:
su inocencia en un instante tan solo.
Una infancia perdida,
un túnel sin salida,
lloros y gritos en la noche,
el mal huyendo en un coche.
Tenías trece,
el miedo y la tensión
en un segundo crecen,
tu vida se detiene,
sin más te ha acorralado
y tu cuerpo inocente sin piedad
ha mancillado.
Toda una vida en la sombra,
sin saber como ahora la vida se afronta,
la pobre yendo al psicólogo
mientras yo hago mi denuncia
con este monólogo.
No hay derecho, es injusto
que los jueces acepten enfermedad mental
como justificación criminal.
Basta ya de cerrar los ojos
para no ver la realidad.
Quiero que el mundo se entere,
que se conciencie
y lo denuncie la gente.
Basta ya de destrozar vidas,
de destrozar sueños, ilusiones y familias,
de destrozar mi poesía
escribiendo estas rimas.
Una infancia perdida,
un túnel sin salida,
lloros y gritos en la noche,
el mal huyendo en un coche.