Celebras madre querida el día de tu cumpleaños,
abrazada por tus padres que te estaban esperando,
tus hermanos cantarán a su querida María
el cumpleaños feliz y reinará la alegría.
Mi padre estará contigo sintiéndose muy contento,
latirá su corazón enarbolado de amor,
dándole gracias a Dios con nobleza y sentimiento.
Los ángeles tocarán con arpas y con laúdes
y se formará una fiesta en aras de multitudes.
Los Arcángeles del Cielo, se han vestido de etiqueta,
con corbatines de seda para éste día de fiesta.
¡Qué bellas luces alumbran! Allí todo resplandece,
hoy no duermen las estrellas hoy alumbran
más que nunca por quien todo lo merece.
Tus hijos nos reuniremos, en torno de una gran mesa,
para pedirle al Señor que allá donde tú te encuentras,
siempre reine la alegría, jamás llegue la tristeza.
Porque eres persona alegre, que gustas de juventud,
recuerdo en mi adolescencia cuando todas mis amigas
venían a casa contentas porque en ella estabas tú.
Nos enseñaste a jugar, como buenas compañeras,
a hacer labores de hogar, a bordar,
y caminar, por una senda correcta.
Nos enseñaste a bailar para disfrutar en fiestas,
y también nos enseñaste a recitar y a rezar.
Tú siempre el centro serás,
en medio de esa gran fiesta,
cantarás con dulce voz y gozarás como nadie,
allí nos recordarás, esperando que algún día,
en el Reino donde habitas vayamos a visitarte. ¡Feliz día de tu cumpleaños, Madre querida! Chelo Álvarez.