EN TU CORAZÓN ANIDAR

Gritaba enfurecido
contra recién nacido
de angelical mirada,
dócil luz inmaculada
que como un fino cristal
guarda de incierto mal
una noche acongojada
siendo la gloria alcanzada
por este ingenuo niño,
adorado con cariño
que anhela tu abrigo
así no estés conmigo.
Palpitantes tempestades
agitan labios rojos,
olvidando las edades
o te engañan los ojos.
Suaves y dulces manos
de alas estas dotada
al esquivar la mirada
de ojos tan paganos,
penetrar por ellos quisiera
y en tu corazón anidar
por un día cualquiera…
jamás poder abandonar
el corazón de tu amado
así poder dejar el vació
cuando haya expirado
sin dolor y sin cansancio.