Caminaba sin pensar una fría mañana de enero,
tomaste mi brazo, haciendome pasar un susto,
querido amigo; ¡llegaste en el momento jústo!
Me dedicaste tu tiempo, sin importar los minutos,
me regalaste tu hombro para llorar a gusto,
tu esencia y mi llanto se hicieron amigos, y en secreto conspirando para formar el futuro.
Cuanto dolor tenia amigo mío, que no pude ver tu amor que por mucho tiempo has tenido,
el mismo que ha curado mi corazón desvalido.
No quise hacerte daño alejandome de tí,
pensé que sufririas si estabas cerca de mí,
¡y ahora que casi muero, supe que no viviría sin tí!
Cuanto te amo hermoso destino, tenias algo más para mí,
te amo por este grán hombre que pusiste delante de mí.