Amada mía, no hay razones para sentirnos tan lejos,
aunque el muro de la distancia
separe nuestras almas gemelas,
y el paso inexorable del tiempo
sea un muro en nuestros anhelos.
Hay muchas cosas que a diario vemos,
que nos unen y simplemente no sabemos…
El mismo sol que baña tu piel
es la misma aurora que ilumina mi vida,
sólo basta mirarlo y saber que sus haces de luz
atan en la distancia lo que a diario hacemos.
El azul de tu cielo es el mismo que a diario observo,
su inmensidad es tan grande
que permite que aun tan lejos,
se reflejen nuestros sentimientos.
El viento que roza tu cara,
corre y corre rodeando cuatro mares
y un inmenso océano,
para traerme desde la alborada
el perfume de tus cabellos.
Y al caer ya la noche
a veces seguimos dudando,
y no nos percatamos
que cada estrella que tú cuentas,
son los mismos luceros que yo veo.
Y desde la grandeza de la distancia
voy contando los besos que te adeudo,
para ir ahorrándolos, noche a noche,
y pagarlos, cuando estemos juntos de nuevo.
Y esa luna,
que está colgada en la inmensa noche,
la misma que reflejó el amor
de Julieta por su Romeo,
es también la misma luz plateada
que une nuestras almas,
cansadas de ya no vernos.
Y si aun te quedan dudas,
de las cosas que nos unen
y estando tan cerca no sabemos,
Te recuerdo que el mismo Dios
que escucha tus plegarías al acostarte,
es el mismo Señor, a quien
yo encomiendo este gran amor,
cada noche,
silente y genuflexo en cada ruego.
Son tantas cosas que a diario vemos
que nos unen y simplemente no sabemos…
Son preciosos los tres poemas que he leido hoy y los que lei , el otro dia. Enhorabuena! escribes de maravilla.