Cielos, magia, perversión, de inocultable
lozanía fresca de sus años tan dichosos,
uno tallo de la tierra le marca presuroso
el fin de la coartada, fina y delesnable.
Castas, razas, liturgias, tan agraciables
mentes en diversos colores que indecorosos
marcan la balada de lo real y de lo fogoso
de los cantos celestialesfinos, palpables.
Alquimias, centros, verdes, de una lozanía
niña que te atrapan en tu mundo parcelario
los gnomos de la altura vivaz de la insania
sin saber que humana te sientes entre varios
sopores de tus guiños que se mecen todavía,
cuando tarde prende el ritual de lo sectario.