Viejo árbol.

Viejo árbol de nostalgias y tallado
que aún mantienes tu prosapia encendida,
donde me viste crecer siempre a tu lado
y tus hojas me abrigaron la llegada de un día.
Viejo árbol del primer beso a escondidas
al contacto del cuerpo que amé con locura,
en tus ramas de otoño amando podía
acariciar su piel de delicada tersura.
Viejo árbol que al cigarrillo escondido
su humo delataba en permanente armonía,
y en tus verdes queribles guardabas los nidos
de las calandrias chillonas al calor de tu día.
Viejo árbol, remanso de mis primaveras
de mis luchas internas, en tus tallos valientes,
viejo árbol, que llevaste a cabo mis quimeras
de tallar nuestros nombres que aún hoy son latentes.
Viejo árbol, ya cansado de esperas
volcaste tu alma, te fuiste de viaje
pero sigues siendo generador de mis quimeras
cuando mi verso describe, tu viejo paraje.