Sonata para una Noche

Yo voy soñando, buscando un camino

de misteriosas veras cristalinas,

en busca de un dios llamado Destino

que me devele pasiones divinas.

Yo voy tejiendo hermosos jardines

en los dinteles de la primavera,

y siembro rosas, nardos y jazmines,

creando ensueños de cualquier manera…

Frente a la luz vuela una mariposa,

no se detiene ni un ligero instante,

¡corre hacia la luz, fresca y victoriosa!

Vuela en pos de una estrella brillante…

En cáliz de plata brilla una sonrisa

pálida, dulce pétalo de rosa,

en cáliz de sueño se mece la brisa

serena, desnuda y misteriosa.

Junta los recuerdos, ¡Oh Hada Armonía!

guárdalos seguros, con sutil empeño,

que ya me regalan dulce melodía,

tejida con gasas que huelen a ensueño…

Se fue la aurora, llegó la mañana

de una sombra gris, callada existencia,

que nada perturba, que nada profana

en los avatares de la conciencia…

Efigie de mármol, carne sensitiva

de encendido sueño, tesoro distinto,

Venus suspira, llora y está viva…

¡raudo y primoroso vuela el instinto!