El día que te fuiste dejaron de trinar las aves,
El porta llaves con tu foto,
Ya no tiene más llaves.
El día que te fuiste dejaron de brotar rosas,
Y en tu cuarto ya no hay mas cosas,
Solo esa rosa que dejaste al lado de la cama.
Ya no hay quien camine por ese sendero de otoño,
No hay quien se siente en esa silla fuera de casa,
Ya no hay quien dibuje los atardeceres de otoño,
A esto ya no se le puede llamar casa.
El perro espera tú llegada en la puerta,
El tonto entra y sale de la puerta,
Esperando a aquella mujer que le haga caricias,
Que le toque su pelo y sus orejas.
El olor de tu piel se impregnó en mi almohada,
Ya no aguanto mas, vuelve mi amada,
Los atardeceres de otoño no son los mismos.
Recuerdo con nostalgia aquel beso bajo la luna,
Y recuerdo con ansia solo una,
Una sola rosa que sigue viva por tu caricia.
Es la única rosa del jardín,
Las demás ya murieron sin ti,
Solo queda aquella rosa,
Aquella rosa como tú, tan hermosa.
Yo sigo sentado al lado de esa ventana,
Esperando que regreses esta mañana,
Pues solo espero que sea un sueño,
Para despertar mañana.
Si es solo eso, un sueño largo de agonía,
Donde estoy imaginando que te perdía,
Voy a despertar algún día,
Cuando te vea entrar por esa puerta sola y fría.