Dolorido va el último poema,
triste asoma en mi mente desierta,
estoy en brazo de soledad incierta,
el corazón mío hay espacio y pena.
Los versos apresa la historia mía,
con poco valor seguir adelante,
lo fastidia poema intrascendente,
nada camufla la melancolía.
¿A quien reservo el derecho de amar?
Día y noche sin valor vago errante,
mi avance sin sendero es incesante.
Mis palabras se esfuman sobre el mar,
mientras el corazón cumple condena
en tiempo que trasciende como eterna.
Autor: Alcibíades Noceda Medina