Fin de la partida y no habrá gloria ni galardón,
es el designio de nuestra vida tan austera,
Cenizas será, la siempre tan cálida hoguera,
ya es inútil el mendrugo también el bastón.
Igual será, epitafio de mármol o de cartón,
creyente y o hereje se topará con la barrera,
la oscura maravilla acaba con rastrera
vida, dando fin al egoísmo y la obsesión.
A pesar de todo, el olvido no se demora,
es el fin de todas vilezas e inquisiciones,
entonces es nada, el valor de los sucesivos.
Los atrayentes pétalos de la flor otrora
ahora es parte de arenas sin otras ficciones.
Ayer sin embargo, amando fuimos persuasivos.
Autor: Alcibíades Noceda Medina