Hola mi reina, mi pequeña diosa,
perdón que te desperté acariciando,
amanezco, tus besos deseando
me incita amarte la lluvia copiosa. La alborada te muestra deslumbrante
y en mí, pasión tu ternura provoca,
poso mis labios sobre tu boca
siento muy dulce tu beso amante.
Abrazas como siempre y como nunca,
dándome satisfacción deseada,
mi insinuación de amarte no es trunca.
Nuestros cuerpos hallaron armonía,
renovado amor en la madrugada,
entonces feliz se hizo el nuevo día.
El señor de los fierros
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Soneto con amor se hizo…! Ay ¡… Mi estimado poeta esto es un suspiro que se lo llevará el aire, pero el poema está escrito .Si las palabras que no se pronuncian son flores en el silencio, estás qué son. Harán un nido en el corazón Enhorabuena Mariel (María del Mar)