Opacos sonidos me despierta,
creo oír que alguien toca a mi puerta,
desorientado abro con aire descuidado,
tu presencia me ha dejado helado.
-Déjame entrar; vengo a consolarme-.
Dime; ¿cómo pudiste encontrarme?
-Me conoces tan bien deseaba verte-
y tú sabes que no te puedo detenerte.
Le prohibí a mi boca que te besara,
obligue a mi mente a que te olvidara
arranque de mi piel tus besos enamorados,
no sé si resistiré el toque de un dedo.
Cómo te atreves a romper el pacto,
no sabes cuánto me ha costado,
mi corazón no ha querido entender,
que este amor no puede ser.
Conoces los secretos de mi cuerpo,
sabes exactamente por donde muero
tus tiernos besos me seducen,
lento tu veneno entra tan dulce.
He soñado con tus labios tantas veces,
que el rose de tu boca me estremece.
No puedo creer que estés aquí
si es otro sueño no podré sobrevivir.
-Susurras a mi oído, no estás soñando,
abrázame, tómame en tus brazos-.
Mi cuerpo responde a tus encantos,
de tus besos soy un pobre esclavo.
Tus ardientes deseos me queman los huesos,
tus brasas de pasión me deja desecho.
Furioso huracán traes en mi madrugada
en fantasías de mujer desencadenada.
En realidad no te he podido olvidar,
mantengo el silencio acordado
solo es que no puedo imaginar,
vivir sin tu recuerdo a mi lado.
Autor: Alcibíades Noceda Medina
Hermoso y apasionado poema que he disfrutado leyendo. Te felicito y aplaudo tu arte. Saludos cordiales.