En el amplio firmamento
brilla una luz muy candente,
titilando de repente
en la tierra de hombres dignos,
que guiaron los designios
con el Dios Omnipotente.
Es mi tierra Colombeia
la que Miranda soñó
y que por ella murió,
es la magnánime América
con su islas periféricas
que el invasor añoró.
Nuestro indio americano
vio unos intrusos llegar,
su terruño conquistar
con mucha audacia y fiereza,
sin importarle tristeza
por el negro esclavizar.
Caudal de sangre rodaba
en tiempos de represión,
donde todo era tensión
en sublime territorio,
con un amplio repertorio
de maldad y de opresión.
Tanto el indio como el negro
se encontraron sometidos,
en esclavos convertidos
con malicia y gran terror,
procederes de pavor
hasta el último latido.
En la tierras de Buría
tuvimos conspiración,
que con mucha indignación
Negro Miguel fue valiente
enfrentando al inclemente
malvado sin compasión.
Luego a él le sucedieron
torrentes de rebeliones,
de aguerridos batallones
en contra del despotismo,
con un digno patriotismo
sorprendente en las naciones.
A las glorias de la América
desde México a Argentina,
son de ésta tierra divina
grandes héroes soberanos,
que unidos al africano
aún lloramos Las Malvinas.
La Gran Patria Venezuela
Cuna de Libertadores,
siempre tendrá los honores
de a Bolívar ver nacer,
también a Sucre crecer,
junto a grandes precursores.
En fecha Bicentenaria
pidámosle al Dios Divino
que nos ilustre el camino
en el ocaso y la aurora,
con divinidad sonora,
con fervor y patriotismo. Laureano Marcano.