Tus manos me acarician y yo pierdo el control,
tus manos tan mías, tan fuertes, ¡qué delicia!
tus manos tan suaves son una bendición,
tus manos son la gloria cuando me acarician.
Tus manos abarcaron cada centímetro de mi piel,
con ellas recorriste mis lugares más secretos,
hundiste tus dedos en la flor de mi ser,
acariciaste con tus manos mi mundo de deseos.
Necesito tus manos apretando las mías,
porque en ellas encuentro la protección a mis miedos,
tus manos me dan las más tiernas caricias,
y me elevan al cielo cuando revienta el deseo.
Tus manos, vida mía, me hacen sentir ¡tantas cosas!,
que cuando te beso son ellas mi refugio,
en tus manos me entrego a la pasión más hermosa,
y bailan tus dedos dibujando mi mundo.
Elsa Fariña
30/04/04