Yo necesito rodar,
rodar incesantemente,
rodar como pluma al viento,
para que mi sentimiento
se oxigene sabiamente
y se nutra de lo que viene
a mi camino, con el tiempo.
Necesito recorrer
el mundo y sus recovecos
en busca de nuevos cuentos
que relatar a la gente;
y vivo siempre impaciente,
mi espíritu está sediento
y es la vida el alimento
que nutre a mi inspiración.
Yo vivo a cada minuto
con el alma a flor de piel
y con la conciencia alerta
a todo cuanto me rodea
para, en mis propias palabras,
registrarlo en el papel.
Voy rodando por la vida,
voy rodando por el mundo;
mi espíritu vagabundo,
mi alma, así enriquecida,
va rodando con el rumbo
enfilado hacia el infinito;
en este oficio bendito
y esta ruta recorrida.-