¡Ay amor! poco a poco (me dijiste) yo rescatare tu corazón triste, porque tu pudes comprender la luz que expande
la exaltación de mi querer.
Así que iré por ti en mi cometa, te llevare a pasear por el altiplaneta, tu cocinaras chorizo con polenta, y tomaremos por digestivo un grapito del Brenta.
¡No estés triste mi amor! porque si el monte está nevado y nuestras cueva fría ,yo encenderé la chimenea y al calor de su hoguera, te amaré con pasión y ansia y tú serás la llama, el sol, la sombra y la flor de mi planta.
No vez como nos parecemos y es que de tanto vernos, ya nos conocemos, mira que te entrego mi vida tú sabrás ,que hacer con ella, en tu corazón duerme mi esperanza partida, como duerme
en el agua una estrella.
Háblame suavemente dime que me quieres, pon tus manos sobre mi frente, que importa si la razón resiste, está sordo mi oído para el mundo, porque, tu eres para mi, todo cuanto existe.