El adiós es ahora un puñal cabal,
también otro, la de los recuerdos,
cada vez que despierto son mis cardos,
ahora que tu ausencia es real.
Frigidez hay en mi vida actual,
los puñales que soporto son dos,
tengo clavado en ambos costados,
resto de amor herencia y caudal.
Amanezco sin los abrazos suaves.
Te han dejado, me trinan las aves,
ven también el espacio de tu ausencia.
En mente sobrevuelo los confines,
busco aspirar tu aroma de jazmines.
De consecuente amar, la consecuencia.
Autor: Alcibíades Noceda Medina