Desde que yo recuerdo has estado conmigo,
refrescando mi cuerpo y salando mi piel,
el fiel testigo mudo de todas mis vivencias y
un dulce compañero y amigo eres tambien.
Cuando me siento triste tu rumor me consuela,
y cuando estoy alegre disfruto con tu olor,
el calor de tu arena me abraza y me conforta,
y con tu espuma blanca mis lagrimas jugó.
Ahora que los años van segando mi vida,
la huella de mis pasos en tu arena deje,
y siento que se funde mi alma con la tuya,
y en tu profundo azul me quisiera perder.
Sueño que cuando cumpla mi misión, yo me iré;
bailando con las olas, meciendome a la vez,
y en una caracola de nácar blanquecina
me esconderé callada y tu rumor oiré.