Morir por última vez

No hay rosa más hermosa que tu piel
No hay día más brillante que verte sonreír
Mientras tenga alma la endulzare con tu miel
Ana no me dejes, vuelve a hacerme servir.
Jamás he pretendido conseguir la inmortalidad
Menos he buscado desfigurar la realidad
Para poder entender esta posibilidad
De llegar a tu corazón y hacerte mi deidad.
Ana haz que el ayer se vuelva mi mañana
Ana haz que el hoy se quede en el ayer
Ana haz que el sol sea tu rostro Ana
Ana hazme sentir parte de tu querer.
No pretendo hacer reptar a los respiros
Para dejar a un lado el dolor
Ana encierrame para siempre en tus suspiros
Para enterrarme en tu sudor.
Viviremos en las nubes del abismo
Comeremos del fruto de tu matriz
Paz y conciencia lejos del cinismo
Por fin libres del miedo y su cicatriz.
Ana hazme etéreo con tus manos
Ana hazme sonreír con el corazón
Ana concedeme renacer siempre en tus brazos
Ana congelame y hazme vivir una canción.