Cubrí tu cuerpo mi amor, pues hacía frio;
Aunque hubiera querido admirarlo por mas tiempo.
Por fin estabas desnuda ante mis ojos,
y mi memoria quería perpetuar ese momento.
Tus ojos cerrados, un suspiro y tu sonrisa,
eran un bello cuadro.¡ Dormías plena !
¡ Quien dijera que pude en una noche,
ser propietario de la luna llena !
Yo era un niño mirando el arcoiris;
Admirando embobado tu belleza.
Mientras dormías, en medio de la noche,
no existía el dolor ni la tristeza.
Mi mirada acarició tu rostro,
que con su paz me llenaba los sentidos.
Pero al besar la piel tibia de tus hombros,
nuevamente se agitaron mis latidos.
Me perdí en tu vientre sin poder evitarlo;
Te despertaste risueña y sorprendida.
Correspondiste a mi furtiva caricia,
como si en ello nos fuera la vida.
Intentamos olvidar que en unas horas,
volverían a separarse nuestras vidas;
Volvería mi luna, a su sitio en el cielo,
y vendría la inevitable despedida.
Pero.¡ Que mas nos daba en ese instante !
Unidos nuestros sexos, con la fuerza de una ola.
que entre gemidos se hacian una promesa,
De que nuestras almas, nunca estarían solas.
Que no habría distancia que pudiera,
hacerle daño al amor que nos tenemos.
Y que esta hermosa historia de una noche,
en el fondo de el alma guardaremos