Deja que te siga desnudando mientras te sigo repitiendo

Deja que te siga desnudando como ayer lo hicé,
que mis manos, que mis labios la senda tuya -
quieren seguir andando,
que la noche, melodía de nuestros corazones -
anhela seguir escuchando;
hoy sígueme desnudando tanto como ayer lo hiciste-
tanto como ayer lo quize.
Hoy el arrebol al rayar el dia
no es porque el lucero en lo alto haya dejado -
herida,
hoy es por ti,
y hoy a ti,
también me debo;
deja que te siga cantando este mancebo,
mientras mi piel atezas con la candela tuya,
mientras en mi alma sigue por ti, naciendo -
gloriosa bulla.
Candela tú eres
y candela en el alma llevas más que otras mujeres;
candela que hace arder mi piel;
si tan solo a la vera
mía te tuviera
para libar tu miel;
tu miel tan distinta a la de ella,
tú, tan distinta a todas, Candela bella.
Que tu alma a años luz dista con la de ella,
mujer lúbrica y lasciva
que mantiene mi brasa viva,
que tiene mi piel animada con la de ella en -
cachondez,
si me dieran a elegir tan solo una vez,
si entre su experiencia carnal,
salvaje y animal,
su rostro y cuerpo bello nada virginal,
y tu alma bella, linda y natural
me dieran a elegir,
me gustaría contigo mil historias vivir;
y no es que su alma tan mala sea,
no es que su alma siquiera fea sea,
es tan solo que tu alma es la que me alumbra
que tu candela es la que quiero para mi penumbra.
A ella la miro siempre a los ojos,
le acaricio el cuerpo de a pocos,
y en el carmín de sus labios me poso,
mas nunca mi alma en la suya encuentra reposo;
a ti nunca te miré a los ojos,
no te acaricié el cuerpo de a pocos,
ni en el carmín de tus labios me posé,
mas en ti anoche mi alma reposé,
y avivaste mi carnaval de sentimientos,
avivaste y remeciste mis adentros,
deja ahora que te siga dentro mio sintiendo,
deja que te siga el alma desnudando,
que a pesar que distantes estemos,
que aunque no nos vemos
yo te voy sintiendo;
pensé que empezaba a quererla a ella,
mas no se puede querer sin sentir,
hoy te quiero decir sin mentir
que a ti te estoy sintiendo,
deduce entonces sin preguntarme, si te estoy-
queriendo
mientras te sigo repitiendo
que eres tan distinta a ella,
tú Candela, mi Candela bella.