Un universo de estrellas

Por campos y laderas
un grito se oyo
grito rudo y lacerranté
una queja de mí Dios.
Un ciego escucho
aquel grito de dolor
con trabajo y sudor
la ladera subio.
Al hombre pregunto
porque gritas a mí Dios
solo necesitas
pedir con fervor.
Consternado el hombre pregunto
tú llegastes a mí
solo para hablar
del bello Dios.
El ciego contesto
ven sentemonos bajo
aquel Ciprés pues
fresca su sombra es.
El cojo pregunto
como sabes donde vas
si ciego estas.
Yo tengo la luz
de las estrellas
que el universo me dio
por ello doy gracias al bello Dios.
El cojo aprendio que
lo que era el amor
amor que un ciego le dío.