DIECISIETE VIOLETAS

Impetuosas descienden mis aguas revueltas
Diecisiete violetas su inocencia vierten
sobre mi sinuosa cadencia.
Diecisiete violetas quieren
detener mi curso con vehemencia.
Diecisiete violetas pretenden
andar descalzas por mis calles mojadas.
Cada flor en su fresca savia
húmeda vida desea.
Cada flor estremecerse espera
y reflejarse sobre mí trémula.
Cada flor destilar anhela
dulce pasión de sidra
en sus pétalos cautiva.
Pero mis viejas aguas
con ponzoña inundarían
su pura lozanía
y su fragancia ya no embriagaría.
¿Capricho de transparencias turbias
o ley severa que al mar inexorable lleva?
No penen ellas porque mi corriente
sin parar siga
y de manantiales plateados
no bañe sus tierras.