Prisionera estoy de ti, de tus antojos,
y no quiero que se rompa esta cadena,
que me atan a tu lado y aún resuena,
la canción de los alegres petirrojos.
Dos estrellas titilantes son tus ojos
que me arrastran hacia ti como alma en pena,
deja que sufra contigo esta condena
no los cierres para mi con tus cerrojos.
Si el hallarte para mi fue una fortuna,
nunca cierres esos ojos vigilantes,
átame mi amor a ti, con blanca luna,
con la ambrosía que liban los amantes,
embeleso es para ti mi piel moruna,
cuando clavas tus pupilas rutilantes.
Chelo Álvarez
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