Sufrí, sufrí y lloraba porque sentía
esa triste tristeza que pocos sienten,
porque ofenden y luego no se arrepienten,
procediendo con tácita felonía.
Entre llanto y sollozo sufrí y sufría
porque mi alma es de aquellas que nunca mienten
y aunque a veces las sombras la desalienten,
no se olvida que existe la luz del día.
Yo sufrí porque a cambio de mis bondades
tú mostrabas artera tu indiferencia,
alma huraña, desdenes, burla, cinismo
y el amor que soñamos de eternidades
fue perdiendo su encanto y con inclemencia
nos hundió en un profundo y oscuro abismo.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC