En tu ausencia soy feliz cuando duermo,
de tu imperio me haces sentir el dueño.
Nada termina en nada en tu país de sueño.
Amor, no te atormentes que no estoy enfermo.
Si no estás las ilusiones prefiero,
en esta ficción es dulce el atardecer,
donde repito es mía, mía esta mujer,
siempre tomas la forma que yo quiero.
La pena no anuda mis horas de alegría.
Despierto a veces y me pregunto a mí mismo,
¿Puedo ser feliz al borde del abismo?
Si lo soy, en tu país no hay hipocondría.
Eres tú misma en esa cuna de fantasía,
la niña que yo amé y amo con tanta pasión,
la que desbordó la fuente de mi ilusión.
En tu país de sueño te siento tan mía.
Autor: Alcibíades Noceda Medina