Con lentos pasos, al balcón llegue
olías a madre selva, a olas del mar.
muy lento me acerque, roce tus labios
y al oído te dije, te amo más alla de la eternidad.
A tu alcoba te lleve, con delicadeza
tu cuerpo arrope, no dije nada.
total para que, mi enfermo corazón moría.
una nota deje, luego calle abajo me perdí.
A mi lugar favorito llegue
una hermosa piedra, en lo alto del mar.
Cerré mis ojos, y con ella en el viento me vi
Flotando, entre nubes de algodón.
Una blanca paloma, mi camino escolto
a ese extraño mundo de la nada
donde no existe dolor, solo paz
y amor.
Tal vez fui cobarde no se
pero preferí tomar mis lágrimas
junto con las de ella.
Por Jorge Tavárez
Puerto Rico/Usa