Se ha tallado el corazón
el duro tiempo,
se lo esculpió en piedra.
y ha terminado muerto.
le dio como sangre el veneno,
el desprecio que es eterno. le recorre entera.
se nutre de lagrimas de dolor. . . . no teme a la desesperación.
se inclina cuando se anima,
le da miedo mostrar alegría,
y cuando menos lo espera.
se mira al espejo
y descubre con horror
que su mirada está lejos.
pierde la vida, como campanada
pidiendo se asista a misa.
y cuando se presentan, callan,
escuchan y aprenden.
o quizás solo están ahí inconscientes.
como la vida misma, que todo pretende.