Tan poca falta para liberarme

Abro las ventanas donde hace tiempo me cierro.

Desarropada es mi mañana con hielo enfrío.

Te observo a lo lejos en cercanía del cerro

y baja la dicha contigo, cual manso río.

Salgo a buscarte de la sombra de los recuerdos,

murmulla mi silencio y me adornan novedades,

dejo destino que labré en espinudos cardos.

Te observo vestida de nada y adornas verdades.

Por verte aclaro los ojos de los humos de ayer,

mientras borro penas de mi mente visionaria

y, sumerjo en mis abrazos la diosa hecha mujer

llevando en mí escondida galaxia planetaria.

Entonces dije, te ofrezco el susurro del viento

en cada amanecer por refrescarme los ojos

y por librar de la muerte a nuestros sentimiento,

también por limpiar el paraíso de abrojos.

Del arco iris multicolor de tu azul montaña

agraciado soy, feliz salgo de mi embeleso.

Amor volviste cuando mi corazón te extraña,

la vida en mí con dulce amor está de regreso.

Autor: Alcibíades Noceda Medina

(Copyright © 2014 - Todos los derechos reservados.)

Cuando sueño despierto veo todo más real, sueño sin limitaciones, pues tenemos tantos para darnos...