Te busqué entre mil cosas,
en el camino que te aleja,
en el silencio de esta noche,
en la distancia que te acerca,
en las blancas esquelas,
donde leo y releo tu nombre.
En mis manos los pétalos ya secos,
de esas vistosas y hermosas rosas
que amenazan extinguir su aroma,
Si acaso pudiera, les daría más vida,
para verlas sonrisas, latiendo a mi lado,
viviendo en mi tiempo, como un milagro.
Guardaré en mi alma, cual dulce recuerdo,
en mi corazón agradecido, como un poema,
tu obsequio atento, respirará en mis entrañas.
Avanza la noche, se hace arrullo el pensarte,
me abrazo a mi almohada, y ella está mojada,
con gotas de lluvia, que filtró por la ventana.