Oh, destino, que te has exasperado
dejándome exacerbadamente exangüe,
exánime, extremadamente exhausto.
¡Cómo te excedes, destino!,
no exagero, ¡execración!.
Yo te exhorto a que exhumes
tu execrable instinto
y me dejes vivir mi exiguo tiempo,
¡te lo exijo!, y por eso te exhibo
mi propuesta.¡Oh, existir, oh, morir!;
el éxodo a la muerte está próximo.
Exonérame,destino,de este sufrimiento exorbitante
que me expansiona el corazón de angustia,
¿tanto he de expiar?
No te explayes en tu venganza
y déjame explicarte que me explotas el alma,
me expolias la vida,
me expones al abismo,
y expresamente me expulsas de la felicidad
a expensas de tu éxtasis,
de tu delirio por experimentar en mí tu ira.
No me quieras exterminar,
extinguir o extraer de este mundo,
pues tu ira es extralimitada
y mi vida extremadamente desdichada.