GEMIDOS ROSAS Y SORDOS

En la belleza de tus labios como dos almendras y
lirios, me inspiro para escribir con mi boca,
sobre la tuya, el más bello poema de amor,
nunca escrito en libros de poesía. Que no daría yo
amor por poder contemplarte cada día al amanecer,
aunque fuese solo un instante.
Para poder tacar con todo mi amor las,
inalcanzables lácteas colinas e inexploradas de,
tu bello y escultural cuerpo desnudo en mis brazos,
en callada letanía ardorosa de incendiados,
crepúsculos de una noche de amor y pasión.
Me volví loco en grandes llamaradas de deseo y
en las delicadas y suaves pétalos de orquídeas,
desnudas de tu brillante piel por la humedad de,
tu cuerpo excitado de locuras de amor y fuego.
Será tu silencio donde mi noche de amor estrellada,
nacerá en el trozo de nuestro nido de amor,
donde duermes cada noche junto a mí como fucsia y
latiendo tu dulce corazón como un volcán,
en erupción expulsando con ardor su efusiva lava,
me ataré a tu cuerpo, a tu tiempo para poder volar,
como esa lava candente y llena de ardor.
Con las mejillas cubiertas de rubor, de gemidos rosas y
sordos, tu mirada salvaje como una loba herida,
de una loba acechando si presa para calmar mi,
salvaje hambruna de amor y pasión es como,
hojarasca en el bosque de mis deseos caíste vencida,
mientras acariciaba tu cuerpo desnudo y
la efigie de tu perfecta y bella piel mojada por el sudor.