Cartas iban y venian desde el dia que te conoci,
en cada esquina un suspiro, en el centro un muero por ti, al llegar a mi puerta dijo el cartero no hay nada que pese tanto como un te quiero.
Yo lo escuchaba
y al encontrarme contigo,
ya no eras un amigo,
la sangre se me paraba.
Yo te respondia, en cada renglon,
un nuevo sentimiento,
niño de correos de mi tormento,
se adentraba en mi corazon.
Tan guapo, tan varonil y apuesto
que me quitabas el sentido,
mi niño consentido
llevaras lo que llevaras puesto.
Y hoy las cartas las escribe el corazon
con la pluma del amor,
mi cartero salteador
del alma de mi buzon.