Delirando por ti

Mi amor poco pensable, sólo en delirios,
algo que hace olvidar muchas penas,
algo que a veces trae también condenas,
luz y sombra, alegría con desasociegos.
Envuelto en los imaginarios de tu alma,
intrincado en muchos caminos no descifrables,
algo señala un buen portal y vuelve el respiro,
en ese momento puedo ver el brillo de lo buscado.
Subitamente otro camino lleva a oscuridad,
palpita fuerte el corazón por buscar una ayuda,
por encontrar tu mano en medio de la niebla,
pido me salves, me liberes, cures mi alma con palabras.
Dormido en agonía, sueño esperando una muerte,
mi mente rememora aquellos días de felicidad,
sólo ese pequeño haz me permite pensar que puedo vivir,
que puedo levantarme, que no enfermaré en soledad.
Piel que me da vida, voz y susurro que resucitan,
besos tuyos que reviven, cuanto tiempo esperando,
aún en respirar agitado alucino con tal salvación,
con los parajes y lugares que existe en la mente.
Desde allí clamo al Cielo, que no muera en tal ilusión,
pequeña recompensa, tal vez no merecida en tal prisión,
pero no he perecido, aunque algunas veces se asemeje,
puedo pensar, soñar, y con poca fuerza seguiré intentando.
Un día caminaremos los soleados trigales bajo un cielo índigo,
veremos la luna y su esplendor, las nubes después de la lluvia,
no lloraremos ni pereceremos más, mi alma lo ruega,
que vendrá la mañana, que no serás más ilusión ni pensamiento.
Un poco de la felicidad entre los millares de estrellas,
con resplendor les fue premiado, que el Cielo nos de un apíce de brillo,
apaciguar estos meses de oscuridad tan largos como centurias, que se disipe la penumbra y se nos conceda una dulce alborada a nuestras almas.