Después de confesarte que te amaba,
a nadie más diré, lo que hoy te digo,
en mi alma dormirá la dicha eterna,
de amarte sin razón y sin sentido.
Mañana he de partir, ¡ingrata suerte!,
y ausente estás amor, de mi mirada,
distancia tan pequeña, nos separa,
pero al final, no deja de alejarnos.
Yo sé que volverás, estoy seguro,
más no verás amor, mi cruel partida,
jamás verás mi llanto y mi agonía,
ni el eco de mi voz, tras mi garganta.
Por una parte, amor, me tranquiliza,
saber que noestarás en el momento,
en que la ausencia toque con su espada,
la debil estructura de mi pecho.
Pero por otra parte amor, me rompe el alma,
cuando regreses toda ilusionada,
y envuelta en emoción, mi nombre grites,
y al eco de tu voz, no haya respuesta.
Y ver, que el sueño azul de mi existencia,
la parte más hermosa de mi vida,
encontrará tan solo por respuesta,
el rastro despiadado de mi ausenca.
E imaginar, que tus castaños ojos,
se vestirán de llanto y de nostalgia,
y no estarán mis frases amorosas,
para romper, el ruido del silencio. Tarde del 26 de Agosto de 1998