Te escribo en mi carne

¿Dónde, amor,
en qué rincón del tiempo
me buscarás esta vez?

Soy la que se deshace al pensarte,
la que arde en la memoria de tus manos,
la que se escribe en silencio
cuando no estás
y se desnuda en letras
para recordarte.

Mi piel no te olvida.
Es un mapa trazado por tus labios,
un cuenco lleno de espera,
una página aún tibia
de tu deseo no escrito.

A veces,
la noche me alcanza como un susurro tuyo.
Me encuentro temblando,
sitiada por tu nombre,
vacía de mí,
llena de vos.

Y te hago el amor sin que vengas,
te nombro con mi cuerpo
y te beso en los márgenes de la ausencia.

Eras sueño.
Y ahora sos
vértigo,
abismo,
corona de fuego en mi cama vacía.

No sé si volverás,
pero yo sigo escribiéndote
en mi carne
como quien reza,
como quien ama,
como quien muere un poco
cada vez que recuerda.