Levanto la vista al cielo
en las noches despejadas,
contemplo un mar de estrellas,
bellos puntos luminosos,
como joyas engarzadas.
Y fijo la vista en una
cuya belleza destaca
por su brillo y su pureza;
y en mi mente asombrada,
tímidamente pregunto
mientras fijo la mirada:
¿Quién estará ahora en ella,
elevando la vista al cielo
desde uno de los planetas
de aquella estrella plateada
en esta noche tan bella?
¿Estará viendo a mi mundo
(o a mi sol) en la distancia?
¿Se preguntará lo mismo,
en esta noche estrellada?
¿Pensará, en este momento,
que en el negro firmamento
alguien le mira de lejos
y, con los ojos perplejos,
le desea alcanzar con ansia?
¿Estará escribiendo un verso,
al fondo del universo,
con poética nostalgia?-
Eduardo Ritter Bonilla.
Domingo 14 de Marzo del 2010