Te estoy amando tanto que he perdido,
la calma, la cordura, la paciencia.
Sin ti me esoy hundiendo en la demencia,
sintiendo el corazón desfallecido.
Te estoy amando tanto, que el sentido,
se marcha más y más de mi conciencia,
pues ya que sin tu amor, sin tu presencia,
mi pecho no transmite ni un latido.
Tal vez porque mi amor es demedido,
preciso a cada instante de tu esencia,
como el gorrión precisa de su nido.
Lo cierto es que jamás en mi existencia,
mi pecho se sintió tan conmovido,
al grado de cantar, con tal vehemencia. (1998)
Felicidades, Condeazul. Tu poema es un manatial de amor... Si es el reflejo de situación actual, que se haga eterna. Un abrazo. jesús pérez.