Rienda suelta al deseo

El sol se ha puesto luego de haber andado
por rincones y rendijas de un día pesado,
el cuerpo cayo a lo largo del chinchorro
como cae una piedra desde lo alto del cerro.
La nube no espero al desgajar todo su jugo
que en las entrañas tenia para calmar la sed,
la producía el viento con fervor y con ruego
y le quitaba el ansia si estaba a su merced.
Dices que le perdone, jamás volverá a suceder,
fue cosa de tragos que nevuló la conciencia
y la desenfrenada pasión no la pudo contener,
le llevó en los brazos hasta que vio amanecer
y ya muerta de ganas no le pidió clemencia,
dio rienda suelta al deseo y un hijo vio nacer.
JONACA51
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